lunes, 31 de mayo de 2010

Perdidos: un vistoso engaño

ATENCIÓN PELIGRO SPOILER: La siguiente entrada desvela partes importantes de la trama; léelo bajo tu propia responsabilidad.


La semana pasada se emitió, en Estados Unidos, el último capítulo de la mejor serie de televisión de todos los tiempos: 24. Esa misma semana, también terminó otra serie, Perdidos y he de decir que, como a otros muchos seguidores, su última temporada (no sólo los últimos dos capítulos) me ha defraudado y de qué forma.

En Perdidos ha sido mucho mejor el camino que el desenlace. La forma de definir los personajes era peculiar, utilizando flash-backs de su vida cotidiana similares a ciertos acontecimientos que debían superar en la isla. En algunos casos (la mayoría) este método resultaba efectivo, sin embargo también había capítulos que resultaban de lo más aburridos (eso que jamás ha sucedido en 24).

Pero si por algo estoy tan decepcionado como defraudado es por la alegría con la que Abrams y compañía han cambiado las reglas del juego, justamente cuando no tenían ni idea de cómo explicar todos los enigmas planteados. Y, por favor, no me vengáis con el rollo fanático de "eso es porque no lo has entendido" ya que no es el caso. He seguido Perdidos con bastante interés desde el primer día y he visto los capítulos como debe hacerse: uno por semana, para tener tiempo de valorar cada historia. Así que poseo elementos de juicio para decir que la última temporada me ha parecido una soberana tomadura de pelo. Haré un breve resumen para explicarme.

La primera temporada se caracteriza por un accidente de avión, en el que hay supervivientes. Éstos deben enfrentarse a una serie de peligros, mientras tratan de resolver los misterios de una isla misteriosa. En esta temporada se produce la presentación de personajes, sus interrelaciones y el comienzo de las incógnitas, terminando por descubrir el famoso bunker done estaba Desmond.


En la segunda diría que los grandes protagonistas son los números, principal tomadura de pelo de esta serie. ¿Por qué? Por la explicación de la última temporada. Resulta que los números sólo son el resto de una lista de posibles sucesores de Jacob (sobre él y su némesis no sabremos nada hasta el final de la quinta temporada). Si sólo es una lista, ¿por qué ésa es la secuencia numérica que estabiliza la máquina que controla el magnetismo de la isla?, ¿por qué son los números que hicieron ganar a Hugo la lotería?, ¿por qué fueron el rumbo que siguieron la francesa loca y sus amigos científicos para llegar a la isla? Pero la explicación es, lisa y llanamente, que sólo son una lista. Y qué lista, porque en el tramo final de la serie, Jacob dice a Kate que da igual que su nombre estuviera tachado, porque sólo es una raya de tiza en una pared. Si ella quiere ser la sucesora, adelante. ¿Y para eso tanto tiempo hablando sobre la importancia de los números? El enigma numérico estaba muy bien creado, el problema es que no sabían dar una respuesta convincente, acorde con las expectativas generadas. Así que se salen por la tangente (norma general de Abrams, conocido de sobra por todos los que vimos Alias) y ya está.

Al final de la segunda temporada, aparecen los otros, así que la expectación para la tercera es saber quienes son, por qué están ahí y, sobre todo, esperar que alguno comience a resolver el buen montón de preguntas que ya llevamos a cuestas. Sin embargo, las respuestas esperadas no llegan nunca, sólo más incógnitas que resolver.

En la cuarta temporada nos enteramos de que hay gente capaz de llegar a la isla desde el exterior. Uno espera enterarse de qué va esto, pero no, sólo ve disparos, guerras y más personajes con los que poder rellenar episodios contándonos sus vidas en interminables flash-backs. Y aquí los guionistas se desatan: caminos que no llevan a ninguna parte, enrevesadas tramas sin explicación y, sobre todo, cambios en las reglas del juego, dejando de ser fiel a la serie que cada vez va dejando más a un lado la ciencia ficción para convertirse en algo espiritual.

En el descanso entre la cuarta y la quinta temporada, J.J. Abrams aseguró que los puzzles generados hasta ese momento, comenzarían a resolverse. Otra mentira más para tenernos a todos enganchados. Mira que habían conseguido escapar de la isla, pues no, otra vez de vuelta. Otro accidente (y eso que ahora sabíamos que hay formas para entrar en la isla, porque Charles Widmore no tiene poderes sobrenaturales) y ya estamos de vuelta, pero en otra época, atrás en el tiempo. ¿Y cómo termina dicha temporada? Colocan una bomba en una de las estaciones Dharma, para evitar el futuro accidente del 815 de Oceanic. Y por si hubiera dudas, Juliet afirma, poco antes de morir, que ha funcionado.

Entroncan ese final con una sexta temporada en la que vemos el vuelo en cuestión y cómo todos llegan sanos y salvos a su destino. ¿No dice Juliet que ha funcionado? Pues no, otra trampa más. Resulta que en la realidad alternativa que nos están contando, todos están muertos. Es el tránsito de esta vida al más allá, o lo que es lo mismo: un capítulo de Entre fantasmas. Uno se mosquea porque es seguidor de Jack Shephard y no de Melinda Gordon (bueno, de ella sí, pero no de su serie) y rápidamente los guionistas aseguran que los personajes no están en el limbo ni soñando. ¿Dónde están si no? Copiando descaradamente aspectos fundamentales de El sexto sentido, cada espíritu recuerda lo que quiere, así que hasta que no pasan un tiempo en ese mundo imaginario no van recordando sus vidas. Conforme mueren llegan allí, pero curiosamente no lo hacen todos. ¿Qué hay de Ana Lucía? ¿Y el señor Eko? ¿Sabéis cuántos personajes faltan en la patética y lacrimógena secuencia final de la Iglesia?

Se lo repito, señor Abrams: ¿por qué se vuelve infiel al espíritu de la serie? Ciencia ficción y aventuras convertidos en múltiples intentos de obtener la lágrima fácil del aficionado (que en mi caso fue un mosqueo monumental).

Luego está el asunto de Jacob y el anti-Jacob (porque por alguna razón jamás dicen su nombre). Dos hermanos raptados de bebés en la isla. Por cierto, su madre adoptiva, guardiana de la isla, rompe con la idea de que el guardián debe ser alguien honesto, ya que asesina con total frialdad a la madre de ambas criaturas. Jacob termina siendo el siguiente guardián y su hermano se convierte en el humo negro por meterse de lleno en la fuente de la isla (otra de esas cosas incomprensibles, ya que tanto Desmond como Jack pasan por allí y no les sucede nada raro). El caso es que si Jacob no conoce otra cosa que la isla, ¿cómo narices viaja en modo realidad virtual a Estados Unidos y va buscando sucesores? Pero bueno, sería como intentar resolver la cuestión de la resurrección de Sayid u otros problemas de índole menor, como saber qué vio aquel vidente que no quería que Claire tuviera su hijo en la primera temporada, de los que nunca sabremos nada.

Hacéos la siguiente pregunta: ¿qué habría sido de Perdidos si se hubiese emitido a principios de los 90? Me refiero a una época en la que todavía no había internet. Abrams, muy hábilmente (no se lo niego) nos ha creado una serie de enigmas que tenían posibles soluciones muy atractivas. Y han sido los bloggeros, los foreros y los internautas en general, quienes han dado rienda suelta a su imaginación con múltiples teorías. Sin embargo, al final, los que no han tenido talento para dar respuestas a la altura de los enigmas han sido Abrams y sus coleguitas de guión.


Perdidos es, pues, una gran broma. Se han reído de nosotros durante seis años, de la misma manera que aquellos directores de cine que realizan películas de asesinatos en las que nos hacen dudar de una media docena de personajes, para descubrir al fin que el criminal de turno es un actor que no ha aparecido en toda la película. No dejo de reconocer que la he ido disfrutando, me refiero a que no considero una pérdida de tiempo haberla seguido. Sin embargo esa falta de talento para cerrar historias me enerva, porque supongo que no consideraréis que todo está muy bien trenzado simplemente porque al final salga la misma zapatilla que Jack vio al despertar por primera vez en la isla. Es un retoque formal menor, un guiño, pero no una solución satisfactoria.

No estoy diciendo que una película o una serie deba darlo todo mascadito, no van por ahí los tiros. Hablo de calidad, talento y originalidad para cerrar de forma solvente una historia. Voy a poner un ejemplo clarificador: El ala oeste de la Casa Blanca. ¿Sabéis? Soy un amante de la ciencia ficción y detesto la política. La serie que acabo de mencionar es política pura y dura desde dentro, con todos los entresijos e hilos que hay que mover en el mundo de la presidencia norteamericana. Sin embargo, El ala oeste me fascina capítulo a capítulo. ¿Por qué? Presenta tramas mucho más complicadas que Perdidos (que no haya seres sobrenaturales ni islas que se muevan no significa que no se puedan escribir relatos con múltiples subtramas, enigmas y problemas de difícil solución) y logran resolverlas todas con finales airosos. Lo recalco: no finales machacaditos del tipo Vanilla Sky, sino finales airosos, con respuestas a la altura de los problemas planteados.

Es la diferencia entre buenos narradores de historias y vendedores de humo. Por eso jamás podré estar de acuerdo con quienes veneran Perdidos como si fuera lo mejor que se ha hecho en televisión, ya que dista mucho de ello. De hecho, ni siquiera es la mejor dentro del género de la ciencia ficción, pues se ve superada con creces por Expediente X, la cual me va a servir muy bien para cerrar el post y aclarar una última cosa: un final te puede gustar o no, lo que no es óbice para ser fiel o infiel a toda una saga. Personalmente el final de Mulder, Scully, el fumador, los hombrecitos verdes y demás, no me satisfizo, pero eso ya son gustos personales (me hubiera gustado que Mulder hubiese ganado, pero optaron por un final en el que no ganaban los buenos, lo que tampoco tiene por qué ser ningún handicap) Lo que jamás podré decir es que Chris Carter me hubiese tomado el pelo, ya que hubo resolución digna y no se salió de la línea establecida por las primeras temporadas. Abrams sí lo ha hecho.


Ahora sigo otra serie del señor Abrams, titulada Fringe (foto superior), con mucha ciencia ficción, enigmas e incluso mundos paralelos y ya me estoy temiendo lo peor. La veré mientras me diviertan las andanzas del carismático Joshua Jackson y compañía, pero no seré yo quien pierda el tiempo elucubrando sobre su posible final.

Realmente podía haber resumido todo lo anterior en un par de preguntas: ¿qué es lo mejor de 24? Factura visual cinematográfica, guiones adictivos, interpretaciones fantásticas... ¿Qué es lo mejor de El ala oeste de la Casa Blanca? Unos encomiables guiones que nos cuentan historias con una calidad digna del mismísimo Clint Eastwood. ¿Qué es lo mejor de Friends? Un sentido del humor agudo y original que te sorprende capítulo a capítulo (cito estas tres por ser claras referencias de la televisión). Y, ¿qué es lo mejor de Perdidos? Sus espectadores, ya que han sido su imaginación e inteligencia (y no los más que discutibles talentos de los guionistas) quienes han hecho grande esta serie.

Sé que hay mucho fanático por ahí, que en cuanto pueda se liará a insultos con este post (benditas sean las opciones de moderación) pero pensadlo un poquito y veréis como no he dicho ninguna barbaridad.

2 comentarios:

  1. Yo también me esperaba bastante más del final de Lost y que respondieran a más preguntas, por que han quedado muchísimos misterios sin resolver.

    Pero no se puede negar que Lost ha sido una gran serie. Mi personaje favorito desde el principio es Jack, y mis temporadas favoritas son la 1, la 3 y la 4.

    La segunda temporada también es entretenida, pero no del nivel de la primera (que para mi es la mejor de todas).

    La quinta temporada es extraña con eso de los viajes en el tiempo, y sólo me gustaron un par de episodios y lo mismo me ha pasado con la sexta temporada, de la que sólo se salvan varios episodios, pero vuelvo a repetir que Lost ha sido una gran serie, aunque el final haya sido decepcionante.

    Saludos

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  2. Concuerdo contigo en las temporadas y en el personaje de Jack (y no porque se llame como Bauer, jejejejeje).

    Para mí no ha sido una gran serie. He de reconocer que durante muchos capítulos me mantuvo enganchado, pero no tener imaginación para un final airoso, es un hándicap demasiado elevado para mi gusto.

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